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En un mundo perfecto, los silbidos y otras formas de acoso simplemente no existirían. Pero la verdad es que nuestro mundo está lejos de ser perfecto. No solo las mujeres adultas se enfrentan a comentarios aterradores y atención no deseada de forma regular, sino que también las niñas jóvenes, como su hija, también lo hacen.
Hace dos años, un estudio mostró que una de cada diez niñas estadounidenses había sido piropeada antes de cumplir los 11 años. Así es, estamos hablando de estudiantes de cuarto grado que son molestadas por silbidos y potencialmente algo peor. Y ahora, un informe de 2017 muestra que más de una en cada seis niñas en la escuela primaria y secundaria han sido acosadas por motivos de género.
¿Por qué esto es tan importante? Vamos a contar las maneras. En primer lugar, según la Psicóloga de Desarrollo de Girl Scouts, la Dra. Andrea Bastiani Archibald, “los piropos, y comportamientos llamativos y de objetivación pueden hacer que las niñas sientan que su valor radica únicamente en cómo se ven en oposición a lo que piensan o en lo que pueden lograr. Eso da inicio al efecto dominó en el cual las niñas experimentan la auto objetivación, se sienten excesivamente preocupadas por cómo se ven, comparen sus cuerpos con los de otras niñas y mujeres, e incluso juzguen a otras niñas por su apariencia.” Ser molestadas por piropos o silbidos, puede hacer que las niñas se sientan avergonzadas o amenazadas de sus cuerpos, como por ejemplo que tienen que ser muy cuidadosas cuando están en público. Ninguna de estas cosas es en las que alguien debería tener que gastar tiempo y energía pensando, y mucho menos una niña de 11 años.
Además, estudios han demostrado que las mujeres jóvenes tienen un desempeño significativamente peor en matemáticas después de ser objetadas por un miembro del sexo opuesto. Es decir, en un estudio controlado, cuando las mujeres fueron insultadas por un actor masculino que se hacía pasar por un compañero y luego tomaron un examen de matemáticas, obtuvieron muchas menos respuestas correctas en comparación con las mujeres que no habían experimentado primero la mirada objetivadora y sexualizada. ¿Quizás deberíamos agregar eso a la razón por la cual las niñas y las mujeres todavía están en la minoría en tantos campos de STEM (la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas).
Finalmente, todos estos "pequeños" comentarios sobre los cuerpos de las niñas y las mujeres contribuyen a una cultura en la que se considera que el cuerpo femenino está disponible, tanto literalmente como figurativamente. Cuando se considera aceptable o por lo menos inofensivo la “conversación de vestuario” sobre los cuerpos de las niñas, los límites comienzan a desdibujarse aún más, poniendo a las niñas en riesgo de enfrentarse a comportamientos físicos agresivos además de las burlas verbales. ¿Un ejemplo concreto? Un estudio reciente mostró que más de una en cada cinco niñas de 14 a 18 años han sido besadas o tocadas sin su consentimiento.
"Más allá de establecer el estándar dañino que las niñas y las mujeres valen poco más que los cuerpos físicos que tienen para ofrecer, cuando simplemente descartamos a los piropos como “los niños siendo niños "o" los hombres siendo hombres,” en realidad confunde a los niños, haciéndolos pensar que la masculinidad y la agresión va de la mano, y esto le da un mal nombre a todos los hombres, muchos de los cuales admiran y respetan a las mujeres,” dice la Dra. Bastiani Archibald.
Esencialmente, los piropos o silbidos son dañinos, atemorizantes y podrían estarle sucediendo a su hija, o al menos a una de sus amigas. Dicho esto, lo último que deben hacer ustedes como padres cuando se trata de todo esto es fingir que no está sucediendo. Sí, estos pueden no ser los temas más cómodos para pensar o discutir, pero "proteger" a su niña de estas verdades reales puede ponerla en un riesgo aún mayor. Así que aquí hay 6 cosas que puede (y debería) hacer para ayudar a proteger a su hija y luchar contra estos comportamientos sexistas:
- Señale el sexismo de la cultura popular
Una de las maneras más fáciles de abordar el tema de los piropos y el acoso sexual es señalarlo en programas de televisión, películas y en la vida real. Cuando sea testigo de algún silbido, piropo u otra intimidación sexual (y, lamentablemente, no tendrá que buscar mucho para encontrarla), eleva la interacción a su hija y dígale por qué fue inapropiado e inaceptable. Dado que los comentarios sexistas a menudo se utilizan como un chiste en la cultura popular, asegúrese de hablar acerca de por qué estos comportamientos no son nada graciosos. Pregúntele a su hija cómo se siente con respecto al intercambio en cuestión y si alguna vez le ha ocurrido algo así.
- Póngase a hablar
Los piropos y el acoso sexual pueden parecer temas muy adultos, pero muchas niñas son el objetivo de este comportamiento cuando todavía están en la escuela primaria, y solo el dos por ciento de las niñas les dicen a sus padres cuándo han pasado por ellos. Es por eso, que es importante comenzar la conversación temprano, en tercer o cuarto grado, para que su hija sepa que es un tema que debería sentirse cómoda al brindarle a usted.
- Hágale saber que nunca es su “culpa”
Cuando hable sobre los piropos malintencionados y el acoso por motivos de género, haga hincapié en que ninguna niña o mujer “pide” o “hace algo para merecer” un comentario o alguna amenaza que permitan la objetivación de la mujer. Las niñas y las mujeres deben sentirse libres, ¡al igual que los niños y los hombres, para ir a donde quieran, cuando quieran, vistiendo lo que los hace sentir cómodos, sin miedo a la intimidación o el abuso. Lamentablemente, muchas niñas y mujeres de todas las edades se culpan cuando las acosan, así que asegúrese de que ella sepa que la atención no deseada en forma de miradas prolongadas, comentarios lascivos o el ser tocada de cualquier manera sin su consentimiento expreso nunca es su culpa—y no es algo de lo que ella debería sentirse avergonzada al decirle a usted u otro adulto.
- Ármela con qué decir y hacer
Saber cómo reaccionar ante los piropos puede ser confuso, especialmente para las niñas que han sido educadas para ser siempre cortés, especialmente con los adultos, y que están rodeadas por una sociedad que resalta la importancia de ser bonita y atractiva para el sexo opuesto.
Enfatice que, dado que el piropo es lo opuesto a lo cortés, no hay necesidad de sonreír, reír o entablar una conversación con el acosador. De hecho, asegúrese de que ella sepa que sonreír, reírse o conversar con alguien que hace comentarios lascivos puede alentar sin querer más el mismo tipo de comportamiento e incluso ponerla en peligro. Ayude a su hija a seguir esta regla general: si un adulto la está haciendo sentir incómoda o actuando de manera inapropiada, debe alejarse de esa persona lo antes posible e inmediatamente informarle a usted u otro adulto de confianza lo sucedido.
Mientras tanto, si otro niño en la escuela o en una actividad extracurricular la hace sentir incómoda con comentarios malintencionados u otras formas de acoso sexual, ella puede alejarse y decirle a un adulto o, si se siente lo suficientemente segura como para hacerlo, puede explicarle al otro niño que tales acciones no están bien, y que necesitan parar. Sin embargo, si ese comportamiento continúa, su hija tendrá que contarle a un adulto de confianza, no solo para ayudarse a salir de una situación difícil, sino porque el acosador podría estar haciéndoles lo mismo o algo peor a otras niñas que podrían no tener la fuerza para hablar sobre eso.
- Hable con niños y jóvenes en su vida. Si tiene hijos u otros hombres jóvenes en su vida, tenga conversaciones acerca de los piropos y el acoso sexual con ellos también. Usar la cultura popular o eventos en la vida real o en las noticias es siempre una forma sólida de presentar el tema. Hágales saber que este tipo de comportamiento nunca está bien, y por qué son perjudiciales para las personas de ambos sexos. Luego, pregúntele por qué cree que otros niños y hombres se comportan de esta manera. Analice las formas en que puede ayudar a contraatacar la cultura de los piropos, ya sea en solidaridad con las niñas y las mujeres cuando las ve como objetivo en la vida real, negándose a reírse de las bromas sexistas o llamándoles la atención a sus amigos si los ve participando en un comportamiento sexista. Todos debemos de trabajar juntos si queremos crear un mundo mejor, más seguro y más saludable.
- Tome acción
Si piensa que este es un gran problema en su comunidad, como lo es en muchas comunidades lamentablemente, es posible que desee considerar involucrarse más. Hable con los maestros de su hija y con otros administradores escolares sobre la planificación de una asamblea u otro evento estudiantil (o padre-alumno) para abordar las presiones ejercidas sobre ambos sexos para que se ajusten a ciertos estereotipos, y por qué y cómo esos estereotipos pueden conducir a comportamientos perjudiciales, como los piropos y a otro tipo de acosos por motivos de género.
Aunque no podamos oprimir un botón y crear un mundo libre de acoso para nuestras niñas, sabemos que ignorar los piropos malintencionados o las risas contribuye a una cultura en la que tal comportamiento se considera normal e incluso aceptable. Su hija, y todos nosotros, merecemos algo mejor que eso.